16 Abr La importancia de ser precisos
En la segunda mitad del siglo XX se introdujo un concepto novedoso hasta entonces como el de individualidad bioquímica, que supuso un cambio de paradigma debido a lo avanzado de sus postulados en ese momento; constatando que la vida no es posible sin la desigualdad, apoyado en que la herencia genética interactúa con el entorno biofísico y psicosocial y contribuye a dicha desigual individualidad en la misma proporción.
Hemos de esperar hasta el inicio de este siglo, coincidiendo con la obtención de la primera secuencia completa de un genoma humano, para encontrar el término medicina individualizada, acuñado a partir ya no sólo de la correspondiente química, sino también de la genética, e incluso genómica, en relación al abordaje diagnóstico y terapéutico de una enfermedad y en el paciente concreto que hemos de considerar.
El uso en la literatura científica de Personalized Medicine, nos aporta el correspondiente Medicina Personalizada, y no contentos con ello rápidamente se acuña el 4P, aglutinando la predictiva, preventiva, personalizada y participativa, a las que más recientemente se añade una quinta, la poblacional.
Mientras tanto otros defienden términos como medicina segmentada, estratificada, genómica… ya que siendo puristas, se ajustan más a las soluciones que se proponen para los subgrupos de pacientes que comparten partes concretas de sus sustratos genéticos frente a perfiles moleculares de enfermedades concretas.
Durante esta última década, estando en estas disquisiciones, irrumpe la Medicina de Precisión, impulsada por Barack Obama, no como una sexta “P” que añadir a las existentes, sino con su propia entidad. Un avance sin precedentes, que algunos cronistas no han dudado en señalar como similar al inicio de la carrera espacial, dotándola inicialmente de 215 M de $ para crear una base de datos genéticos de un millón de ciudadanos y desarrollar toda la tecnología necesaria para ello e identificar el valor resultante, en conocimiento, técnicas y procesos que nos acerquen a establecer el diagnóstico certero y administrar el tratamiento correcto, en el momento correcto y a la persona correcta.
Siendo rigurosos ya hace cinco años que se venía hablando de ello pero ha sido ahora con esta iniciativa cuando parece que recibe el reconocimiento científico, mediático y social.
En el mundo científico el empleo de la palabra tiende a concretar un alcance y una aplicación denotativa. Sin entrar demasiado en terminología, puesto que a mí no me corresponde, si que puedo afirmar que la Medicina se acerca a grandes pasos al sueño de todo profesional sanitario, que no es otro que cumplir el aforismo de que “no hay enfermedades sino enfermos”, atribuido al fisiólogo Claude Bernard y posible ahora gracias a los avances de la genómica y de la tecnología.