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Emprender en biotecnología: entrevista con Pilar de la Huerta

Emprender en biotecnología: entrevista con Pilar de la Huerta

Por Bárbara Zungri, secretaria de ComunicaBiotec.

 

Pilar de la Huerta cuenta con más de 25 de años de experiencia en los sectores farmacéutico y biotecnológico, en donde ha ejercido diversos puestos en la alta dirección de empresas como Genetrix, Neuropharma y Zeltia. En la actualidad de directora de finanzas de Biofrontera AG (empresa biofarmacéutica especializada en el desarrollo y la distribución de medicamentos dermatológicos y cosméticos médicos), y autora de Emprender en Biotecnología.

Este libro, lejos de ser un manual teórico, es una guía construida sobre la base de una vasta experiencia en el sector. Lo que más llama la atención al leerlo es la forma en que Pilar hace fácil lo difícil, abordando cuestiones técnicas complejas de manera clara y accesible, algo que solo una persona con una trayectoria como la suya puede lograr. Su estructura, basada en preguntas clave, junto con referencias a casos reales, hacen de este libro una lectura obligatoria para cualquier emprendedor del sector biotecnológico.

Más allá del éxito financiero, en tu libro mencionas que el éxito puede tener un significado personal. ¿Cuál es tu definición de éxito en el contexto del emprendimiento biotecnológico y cómo ha evolucionado esa visión a lo largo de tu carrera?

El concepto de éxito tiene muchas acepciones y significados, por lo que puede significar muchas cosas diferentes dependiendo de la persona. Para muchos, el éxito seria conseguir que la empresa tenga una gran rentabilidad financiera, o que los emprendedores consigan una gran plusvalía con la venta de su compañía a un tercero. Para otros, el éxito esta más vinculado a que el producto o servicio que el emprendedor quería desarrollar consiga llegar al mercado y resuelva de manera adecuada la necesidad para la que fue desarrollado. Algunos ponen el foco en la parte financiera, y otros lo ponen en la parte del descubrimiento o la innovación. Para mí es una mezcla de ambas cosas. Obtener una gran rentabilidad, lo que denominamos pelotazo, vendiendo la empresa a un tercero sin que consigamos que nuestro desarrollo llegue al mercado, es un éxito incompleto. A todos nos gusta ganar dinero, pero cuando alguien decide emprender en este sector, suele haber motivaciones adicionales a las financieras en dicha acción. Alcanzar con éxito el mercado, y cubrir de manera satisfactoria la necesidad que pretendíamos solucionar, son un parte fundamental del éxito, sin por ellos minusvalorar el aspecto financiero.

 

El libro aborda como fracaso la comercialización de un kit de diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer. ¿Qué lecciones clave valoras de ese tipo de experiencias, fundamentales para los emprendedores biotecnológicos y que no se mencionan habitualmente?

Diagnosticar tempranamente enfermedades para las que no tenemos solución, no ayuda a la población general. Estas innovaciones ayudan al mundo de la investigación, y son muy útiles para continuar buscando soluciones a la enfermedad. Pero el gran mercado o el gran negocio necesitan de soluciones que ayuden de forma práctica a la población, y además, de soluciones económicamente eficientes. A veces los investigadores no conocen bien los parámetros de la industria, de las agencias reguladoras, no conocen los condicionantes para que un fármaco o un elemento de diagnóstico se incorpore al sistema de seguridad social. Consideran que, cuando algo nos da una respuesta o nos quita una incertidumbre, el mercado va a existir y se va a poder rentabilizar dicho desarrollo. Y eso no es así. La sociedad quiere eliminar la incertidumbre si tenemos respuestas o soluciones. Si no es así, preferimos la incertidumbre. Es fundamental analizar el mercado real de lo que queremos desarrollar. Hemos de preguntarnos qué valor real aporta y a quien se lo aporta. Muchas veces los científicos tienen ciertas dificultades para hacer estos análisis.

Destacas la necesidad de aumentar la inversión en I+D+i en España. La Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación ha fijado el objetivo de situar nuestra economía en una inversión en I+D sobre PIB del 2,12 % para alcanzar la media europea en 2027. Según datos del INE, el gasto en I+D+i interna aumentó un 15,8 % en 2023 ,y alcanzó 22.379 millones de euros, el 1,49 % del PIB.  ¿Estamos en la senda? ¿Es precipitado interpretar estas cifras como suficientes? De no serlo, ¿cuáles consideras que son los principales obstáculos (culturales, políticos, económicos) que impiden alcanzar el objetivo y qué estrategias concretas propondrías para superarlos?

 

La senda es la correcta, y hemos mejorado mucho en los últimos 25 años. La situación actual comparada con la situación cuando yo empecé en este sector en 1998 es infinitamente mejor. Sin embargo, hay muchos impedimentos estructurales que no ayudan a que España termine de despuntar en lo que a inversión en I+D se refiere. Tenemos una mentalidad de rechazo al riesgo, nos gusta la rentabilidad inmediata de negocios que rápidamente sabemos si funcionan o no. No apostamos por el largo plazo. Y penalizamos muchísimo el fracaso. En el mundo de la investigación, hay que estar muy abierto al fracaso. De cada diez mil moléculas que empiezan solo una acaba llegando al mercado de forma exitosa. Y eso no quiere decir que se haya hecho nada mal. Simplemente la ciencia es así.

El ciudadano español, y más en concreto, el inversor español, no entiende esto. No le gusta el riesgo y quiere resultados en el corto plazo. Somos un país que no apostamos por el futuro, queremos resultados ya y con poco riesgo. Esta mentalidad no ayuda a posicionarnos entre los lideres del sector. Hemos de aprender mucho del mundo anglosajón, donde la mentalidad del inversor es muchísimo más abierta, al igual que la mentalidad de los científicos emprendedores es infinitamente más práctica. Cambiar la mentalidad de una población es muy difícil y lleva décadas. Los gobiernos pueden ayudar promoviendo el I+D, mejorando los incentivos fiscales, incrementando las ayudas, etc. Pero a la postre, es el mundo privado el verdadero impulsor de cualquier sector industrial, y este no es una excepción. Promover una mentalidad más empresarial en los científicos también ayudaría, pues muchas veces su falta de visión de negocio es otro de los problemas que favorecen que los inversores miren con escepticismo a los pocos emprendedores que dan el salto.

 

Una reciente noticia de ASEBIO recoge que –según datos publicados por el Registro Español de Estudios Clínicos (REec)– la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios autorizó 930 estudios en 2024, lo que la convierte como la agencia reguladora europea que más ensayos clínicos ha aprobado, por delante de países como Francia o Alemania. Con ello España lidera en la Unión Europea la investigación con medicamentos destinados a tratar el cáncer, así como la investigación con medicamentos de terapia avanzada, destacando el creciente protagonismo de los medicamentos biotecnológicos en el manejo de enfermedades graves y discapacitantes, en consonancia con el interés estratégico de la biotecnología para la UE.

¿Consideras que este liderazgo posiciona a España como un centro atractivo para la inversión en biotecnología? ¿Qué desafíos persisten para mantener esta posición a largo plazo?

No, ser lideres en ensayos clínicos no tiene nada que ver con el desarrollo de la inversión en biotecnología. Tendríamos que analizar si estos estudios son realizados por empresas españolas o de otras nacionalidades. Que tengamos un sector hospitalario y sanitario adecuado para que las empresas decidan hacer los ensayos clínicos en nuestro país lo único que nos dice es que, por un lado, somos baratos, y por otro tenemos un sistema sanitario serio y con cierta calidad que da confianza a las empresas para venirse a España a realizarlos. Pero si indagamos un poco más veremos que en un porcentaje altísimo estos ensayos clínicos pertenecen a empresas no vinculadas a España. Por lo tanto, aunque es algo positivo (ser buenos en algo es siempre positivo) no veo que repercuta directamente en la expansión del sector biotecnológico en España.

Subrayas que a la hora de emprender «el equipo es tan importante como el proyecto». Con relación a la relevancia del equipo fundacional y la búsqueda de complementariedad entre sus miembros, ¿qué habilidades específicas consideras imprescindibles en un equipo biotecnológico y cómo se pueden identificar y cultivar esas habilidades?

Liderazgo, capacidad de comunicación, honestidad y, sobre todo, creer en lo que uno hace. Por supuesto el conocimiento técnico es imprescindible, pero eso suele estar en el equipo fundador en prácticamente todos los casos.

Tu libro detalla múltiples formas de financiación, desde ayudas públicas – que como su propio nombre indica nunca son suficientes per se– hasta capital privado. ¿Qué consejo darías a un emprendedor biotecnológico sobre cómo navegar en este complejo panorama y, sobre todo, qué errores comunes debería evitar a la hora de buscar financiación?

Eso da para un libro en sí mismo. Ahora mismo estamos en un momento muy difícil, Los proyectos no muy maduros están teniendo muchísimas dificultades para encontrar financiación, muchas más que hace unos años. No estamos en un momento fácil. Aconsejaría intentar conseguir las máximas ayudas públicas posibles, intentando avanzar con fondos no dilutivos al máximo antes de acudir al mundo del inversor privado. Hay mucho miedo, las agencias reguladoras son cada vez más exigentes, lo que conlleva desarrollos más largos y caros. Por otro lado, los sistemas de salud europeos cada vez son más complejos a la hora de incorporar nuevos productos al sistema público de salud. Todo esto añade riesgos al sector. No sabemos cómo va a influir la administración Trump en este sector en Estados Unidos pero, de momento, recomendaría intentar buscar financiación en ese país o en fondos americanos lo antes posible. Es infinitamente más fácil encontrar financiación allí que en Europa, la dificultad estriba en llevar el proyecto allí.

Considerando tu experiencia y las tendencias actuales en biotecnología, ¿qué consejo final proporcionarías a los futuros emprendedores en este campo y qué crees que será fundamental para el éxito de las empresas biotecnológicas en los próximos cinco o diez años?

 

Estudiar bien el mercado, la normativa aplicable a lo que estemos desarrollando, tener cuanto antes interacción con la EMA o la FDA para valorar desde el inicio que nos van a pedir, no generar expectativas imposibles de cumplir, ni referente a plazos ni rentabilidades…  Hay que estudiar y conocer bien no solo la parte técnica de lo que estemos desarrollando, sino todo lo que suponer desarrollar un negocio basado en un descubrimiento científico. Hay que ser optimista y positivo, pero es necesario un conocimiento profundo de lo que queremos hacer y del entorno, tanto de mercado como regulatorio. Las regulaciones son cada vez más exigentes y el acceso a mercado, sobre todo en Europa, es cada vez más complejo. Siempre ha sido fundamental tener un buen equipo complementario que cubra las diferentes necesidades fundamentales de negocio que tiene la empresa, pero ahora, más que nunca, el emprendedor ha de tener un conocimiento profundo de muchas áreas, cada vez más complejas, que solo será posible si cuenta con un equipo multidisciplinar con experiencia.

Desde Comunicabiotec agradecemos que hayas compartido tanto tus éxitos como tus fracasos, porque ambos son esenciales en el camino del emprendimiento. Gracias por tu dedicación al sector y por ayudarnos a construir un ecosistema biotecnológico más fuerte.

 

Fuentes:

https://www.ciencia.gob.es/Estrategias-y-Planes/Estrategias/Estrategia-Espanola-de-Ciencia-Tecnologia-e-Innovacion-2021-2027.html;jsessionid=28240977443BE460AA9F4D24694C47CE.2

https://www.ine.es/dyngs/Prensa/es/IMASD2023.htm#:~:text=El%20gasto%20en%20Investigaci%C3%B3n%20y,Producto%20Interior%20Bruto%20(PIB).&text=(*)%20Ruptura%20de%20la%20serie,concepto%20%C2%BFempresa%C2%BF%20en%202021.

https://www.asebio.com/actualidad/noticias/espana-lider-ue-2024-investigacion-terapias-avanzadas

 

 

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