Biotecnología azul es la que se aplica en ríos, mares y océanos. Exploración y explotación de organismos marinos, generación de microorganismos para descontaminar aguas, desarrollo de suplementos alimenticos, cosméticos, cremas… La diversidad es tan amplia como la existente en el propio mar.
Biotecnología blanca es la relacionada con las aplicaciones en el sector industrial. Algunos ejemplos son los biocombustibles, los procesos catalizados por enzimas para aumentar la velocidad de obtención de productos industriales o el uso de enzimas para reducir la formación de tóxicos en la producción de papel.
Biotecnología gris es aquella que recoge todas sus aplicaciones centradas en los ecosistemas y las ciencias ambientales. Por ejemplo, descontaminación de suelos, gases industriales, eliminación de metales pesados y, en definitiva, la búsqueda de la sostenibilidad del ser humano y su ecosistema.
Biotecnología marrón es la que se dedica al tratamiento y aprovechamiento de suelos áridos y desérticos a partir de especies altamente resistentes a suelos salinos y secos. Está bastante relacionada con la biotecnología verde.
Biotecnología dorada es la relativo a desarrollos bioinformáticos, secuenciación de péptidos, búsqueda de alteraciones en el ADN, transcripciones erróneas del ADN y estudios filogenéticos entre otras cuestiones.
Biotecnología negra es la vinculada al bioterrorismo y a la denominada guerra biológica. Lamentablemente, como la pólvora, la biotecnología ayuda a construir puentes, pero también puede favorecer su destrucción.
Biotecnología morada es la centrada en el estudio de los aspectos legales que rodean a esta ciencia: medidas de seguridad (bioseguridad) como la protección de datos del paciente, las patentes (regulación jurídica), la bioética en cuestiones como reproducción asistida, clonación, investigación animal…
Biotecnología naranja es la relacionada con la educación y la divulgación. Este ámbito despierta cada vez un interés mayor por la responsabilidad que conlleva una buena labor de comunicación.
En definitiva, la biotecnología es todo un mundo de colores que merece ser contado.